Es verdad que vivimos más años y con mejor calidad de vida, con todos estos adelantos, las tecnologías, las carreteras, las investigaciones médicas … hoy ya no muere la gente de un sarampión o del cólera, ni de muchas enfermedades, que hace cuatro días eran mortales.
Pero también digo, que se vive de otra manera más deprisa y estresada, no tenemos tiempo ni de disfrutar de la vida ni de jugar con nuestros hijos, solo pensamos en trabajar, para cambiar de coche, o poder pagar la hipoteca, esto se ha convertido en otra enfermedad, el síndrome del trabajo, yo entiendo que si se quieren tener todas esas comodidades, cambiar de coche, irnos de puente, de vacaciones, tengamos que trabajar, pero no como burros.
No hace cuatro días como digo yo, que en este país se trabajaban los Sábados, se hacían cincuenta horas semanales. Los Domingos estaba prohibido trabajar, si te pillaban trabajando te denunciaban y tenías que pagar una multa. Se luchó por conseguir las ocho horas y las cuarenta y cuatro, ya no se trabajaban los Sábados, podíamos disfrutar de más descansos la vida era más relajada, te acostumbrabas a vivir según tus necesidades y el jornal te permitiese, te llegaba para el piso, para salir un fin de semana y hasta para el SEAT seiscientos.
Hoy también hemos logrado reducir el horario laboral, a treinta y ocho horas pero no disfrutamos lo mismo, pues si no se hacen más horas de trabajo, no se llega a final de mes, para la hipoteca, para el coche, para los hijos quien los tenga, que esa es otra historia, me viene a la cabeza, un cuento que me contaron y que os voy a contar:


Le cogeis la moraleja: “trabajar menos y vivir mejor”. Vamos los tres ochos: ocho horas de trabajo, ocho horas de dormir y ocho horas de disfrutar y vivir la vida, chaoo.
1 comentario:
Gracias por compartir. Prefiero el Texto hecho por un humano. Se aprecia la creatividad, sencilla, sensible e ilustrativa, excelente moraleja. Como expresan ustedes, "Me habéis ganado el tema"
Publicar un comentario