
El pueblo es pequeño pero acogedor y muy tranquilo, tiene aproximadamente más de dos mil quinientos habitantes, una iglesia de san MIGUEL, en plena plaza, en el centro del pueblo, llamada del JAMON, tiene una calle de san BERNARDO que es la primera que conozco.

Sobre el JAMON y sus embutidos se desenvuelve toda la economía y trabajo del pueblo, por su clima muy apropiado, para tan buen manjar, el pata negra ibérico.
Existe en el pueblo una cantidad de tiendas, comercios y restaurantes que dedican todo sus negocios a la venta del JAMON y embutidos con denominación de origen JABUGO, de visita obligada, el 5 J y el comer migas CON PANCETA en el restaurante LA CAÑADA.

También tiene unas cuantas fábricas y secaderos de jamones, a las cuales me mandaron a trabajar, junto a mis compañeros. Estuvimos instalando las cámaras de frió de uno de esos secaderos, nos hospedábamos en un piso del centro muy grande y cerca del trabajo.
Allí estuvimos ALDO, TONI, JORGE y yo que escribo, CALATRABO, todos muy buenos compañeros de piso y de trabajo.

Os voy a contar mis aventuras en JABUGO: Salimos un martes por la mañana en tren, ANTONIO y yo, nos dirigimos a la estación del norte en VALENCIA, ya teníamos los billetes del tren comprados que salía hacia SEVILLA. A las once de la mañana llegamos a Valencia, a las diez y media compramos unos bocadillos y una botella de agua y cargados con todo el equipaje nos sentamos a esperar que llegase el tren, por cierto muy puntual. Subimos al tren en clase turista y colocando los equipajes tomamos asiento, no tardo en arrancar y se puso en movimiento.

Me vino a la memoria aquel viaje a BARCELONA, que hice hará mas de cincuenta y seis años, en la misma estación por distintos motivos, con muchos más años pero con la misma ilusión, que aquella mañana de invierno, con mi madre y mi hermana, las recuerdo todas cargadas con maletas y bolsos, subiendo a ese compartimiento de madera. Ya no están esas locomotoras, con ese humo y ese sonido tan peculiar, la tecnología también ha cambiado en los trenes, ya no tienen ese encanto, todo se ha modernizado. La estación está restaurada y más bonita y más limpia. Ya no hay humos ni tantos ruidos, ahora es el tren de alta velocidad.
Nos acomodamos muy bien, el tren tenia vagón restaurante y servicios, hicimos el viaje muy bien, entre película, cabezadita ir y venir al vagón restaurante y alguna que otra paradita, se nos pasó el viaje largo pero bien.

Llegamos a SEVILLA a la hora esperada, las ocho de la tarde. Allí estaban esperándonos JORGE, ALDO y su novia GUISELA. Nos subimos al coche y en una hora nos presentamos en JABUGO. Nos instalamos en una habitación y al día siguiente comenzamos a trabajar.
Nos levantamos a las siete y media, desayunamos en el “Bar PARADA”, colacao y barquito. Después nos dirigimos a comenzar la jornada, uno de los secaderos más importantes de la zona, así toda la semana, hasta el sábado que tuvimos fiesta mediodía.

Por la tarde visitamos el pueblecito de al lado ARACENA, con su castillo en todo lo alto muy bonito. Se celebraba la fiesta del jamón muy famosa en toda la comarca, visitada por mucha gente para comprar jamones y embutidos. Estaba a rebosar de gente comiendo y bebiendo, ANTONIO y yo nos dimos unas vueltas, nos tomamos unas cervecitas y unos bocadillos y por la noche nos volvimos a JABUGO, todos cansados.

Al día siguiente nos levantamos para desayunar, queríamos ir de excursión, estaba todo cerrado. Preguntamos al primero que vimos y nos dijo que era pronto y que si no habíamos cambiado la hora, pues la verdad que no, esperamos un rato, desayunamos y nos fuimos de excursión, hacía un día muy bueno y soleado, de esos de otoño.

ANTONIO, JORGITO y YO, nos fuimos a ARACENA, a visitar otra vez la feria del Jamón. Almorzamos y visitamos la feria, paseando a ver la gruta de las MARAVILLAS, no pudimos entrar de tanta gente que había, pues nos fuimos a recorrer y visitar los pueblos de su alrededor, ALAJAR, un pueblecito en plena sierra morena.

Aparecimos en RIO TINTO, un pueblo minero muy bonito. Visitamos el museo minero, y fuimos a JARA, una estación del ferrocarril minero y que ahora se utiliza para hacer excursiones en tren. Sacamos las entradas y nos subimos al trenecito que bordeando el rió Tinto, contemplamos todas las explotaciones mineras.

Y con las explicaciones de una guía que nos relató toda la historia de la minería y el pasar de las aguas del rió TINTO, que como su nombre nos indica son del color del vino tinto.
Llegamos a la estación de los FLAIRES, donde cambió la maquina de sentido y pudimos bajar hasta la orilla del río.

Fue muy divertido y bonito, visitamos algunas cosas más. Se nos pasó el Domingo y el lunes, vuelta a empezar.
La semana fue corta y fría. Estuvo lloviendo todos los días, aun así trabajamos bien, el Jueves salí a comprar JAMON y embutidos, quien está en JABUGO y no compra un buen jamón pata negra una vez en la vida.
El viernes hicimos las maletas, por la mañana junto con los jamones, cargamos la furgoneta ANGEL, ANTONIO Y YO y despidiéndonos de ALDO Y JORGITO, arrancamos el motor dirección a VALENCIA. Hasta la vista, JABUGO. Chaoo.
MENDA, MATÓ A MENDO Y MENDO MATÓ A MENDA, AQUÍ TERMINA LA HISTORIA EN LA FERRETERÍA DE DON MENDO, EN PLENA SIERRA MORENA. FIN.